El seguimiento de un paciente por parte de un psicólogo es una fase fundamental del proceso terapéutico, donde se monitorea de cerca el progreso del individuo después de haber iniciado el tratamiento. A través de sesiones regulares y evaluaciones periódicas, el psicólogo revisa el estado emocional, mental y comportamental del paciente para evaluar la efectividad de las intervenciones terapéuticas. Este proceso de seguimiento permite ajustar el plan de tratamiento según sea necesario, abordar cualquier dificultad emergente y celebrar los logros alcanzados. Además, brinda al paciente un espacio continuo de apoyo y reflexión mientras avanza hacia sus metas de bienestar emocional y desarrollo personal.